jueves, 21 de julio de 2016

La maldita cronología de mis días

Ese deseo insaciable de hablarle, de decirle todo, de confesar detalladamente los pasos uno a uno, tiempo a tiempo; Decirle minuciosamente cada revolcón de emociones, pero en la misma medida esa necesidad de callarlo todo, de guardarlo para lo más profundo de mi ser. Esa dualidad de pensamiento, esa irreflexión concluyente palpita en mi mente los últimos días, pues se supone que con estos tiempos que se nos han sumado se han tejido conjuntamente todas esas herramientas de autocontrol para dominar las pasiones más primitivas y permitir que el curso de la vida siga su rumbo, y que cada uno ciertamente le de continuidad a su historia, uno totalmente desprendido del otro, unidos simplemente por un hilo invisible cargado de recuerdos e historias inconclusas y manchado por la evidencia de frases y acciones doliente de éste y del otro lado del hemisferio, pues el tejido es largo, y la distancia también, los recuerdos son buenos, pero hay malos también. Hay un sinnúmero de lineas cicatrizando, y todas tienen que ver contigo, con ese amor profundo y frustrante, por definirlo de alguna manera, pues no hay otra para hacerlo, y si me preguntaras por estos días quizás en medio de una borrachera mental te diría que eres el amor de mi vida y de mis últimos días como una persona queriente, pero en medio de mi sobriedad no diré nada, simplemente seguiré callando, porque eso te permite tranquilidad, eso te permite seguir su curso, eso me envía a un exilio fantasmagórico que suma hoy unos tantos años, y que mañana seguirá sumando. Escribo tal vez para gritar al viento, lo que no puedo decirte en tiempo real, porque ante mi esta tu felicidad y tu tranquilidad, como un hecho superior y necesario, en medio de un altruismo ridículo que siento hacia ti. Pese a mi reflexión siguen los deseos profundos de sentirte cerca como ese imaginario que me recuerda que una vez sentí algo profundo por alguíen, y que raya en lo absurdo que hoy no pueda sentir la misma comodidad con nadie. Ansío escupirle a alguien todo ésto, además de las historias de los últimos tiempos, pero al parecer la cronología de mis días me está jugando una mala pasada y me obliga a guardarlo todo, por cuánto tiempo más...

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